A ritmo de la “chunchaca”
Los Ángeles Azules en el Vive
Latino… Los Ángeles Azules en Coachella… ¡Sí, de Iztapalapa para el mundo! Pero
esa cumbia romántica se remonta a obviamente a Xavier Passos, la rola Coral
indispensable, el Acapulco Tropical, ¡sin duda!, y no podía faltar Rigo Tovar y
su Costa Azul, el originario de Matamoros, Tamaulipas dicen que tuvo una
presentación en Monterrey en donde convocó a más personas que el mismo Papa
Juan Pablo II, bueno, Rigo es amor de eso no hay duda; pero el origen según los
estudiosos de la cumbia mexicana tuvo su génesis con Mike Laure y sus Cometas.
La cumbia, según los
exquisitos de la música, es uno de los ritmos populacheros, de ‘baja calidad’,
que solo es comprendida por el ‘vulgo pueblo’, que solo sirve para dar rienda
suelta a ritmos frenéticos que se ven reflejados en un baile que solo los nacieron
en cuna de latón saben raspar el tacón, pues no es cierto a porque pesar de haber
nacido en el barrio más humilde, como bien dice José Alfredo Jiménez, al menos yo soy
más arrítmico que un tronco.
Tendría tal vez cuatro años
cuando escuché por primera vez una cumbia y era las que interpretaba Rigoberto
Tovar García, todo esto gracias a uno de mis tíos que era fan del autor de Mi
Matamoros querido, quien en ese lejana época se adquirió casi todos sus discos
en el ahora renacido formato de discos de acetato en su versión de 33rpm
(revoluciones por minuto), álbumes sencillos, colección, etcétera que el cual
se intercambiaba con un vecino que según recuerdo era originario de Toluca, por
obvias razones les decíamos los “Tolucos”.
Así que cada sábado y domingo
por las mañanas se escuchaba en esa desvencijada vecindad de la Colonia El
retoño, las melodías de Rigo, mucho me acuerdo de Rosa Valencia y el Pájaro chagüí,
pasadas algunas décadas supe que esa canción popular es originaria de Paraguay
cantada por la etnia guaraní, y para rematar ya en punto de éxtasis la Vereda
tropical, así eran los fines de semana, ¿cómo caramba no se iba generar ese
amor-odio por ese ritmo y sobre todo por Rigo? Por que como bien dice el pasaje
bíblico lo negué tres veces antes que llegara el alba, pero esa encrucijada en
donde maduras, bueno eso parece que hacemos, tuve la fortuna de conocer a gente
con quien mantengo una sólida amistad y nos confesamos “fanseses” de Rigo y su
Costa Azul.
Hace poco leí una reflexión Cuando
confiesas tu gusto culposo, ¿deja de ser culposo? Lo que sea el caso es que a
la distancia aún recuerdo esos fines de semana y lo peor del caso o lo mejor es
que existen fotografías que dan fe de lo que les acabo de relatar.
Pero no era las únicos ritmos
tropicales que escuchaba en casa, mi madre escuchan los danzones de la Orquesta
de Carlos Campos, de la Sonora Santanera, algunas canciones de Bienvenido
Granda y Celio González, vocalistas de la Sonora Matancera, mi padre tenía una
afición por las cumbias de Carmen Rivero y su Orquesta interpretadas por Linda
Vera: El pescador es una canción que irremediablemente me recuerda a mi
progenitor, otra melodía que forma parte de mi melomanía es el Negro José,
mítica rola que tiene sus orígenes en Uruguay, su título original Candombe para
José, así que con el paso del tiempo descubrí las maravillas de la música
tropical, no sin antes detestarla, claro me volví ‘rockerillo’, según yo, fan
de Credence Clearwater Revival, The Beatles, The Doors, y un largo etcétera
llegaron los años 80 cuando un grupo mexicano de nombre Caifanes tocaba La
negra Tomasa.
Era inconcebible que un grupo
que nombra rockeros tocarán una cumbia, bilongo para ser exactos, había que
quemarlos en leña verde, atentaban con la pureza del ritmo contracultural por
excelencia, casi a la par aparecía otra banda con un nombre rimbombante La
Maldita Vecindad y los hijos del 5º patio, quienes fusionaban con el rock
ritmos que eran del gusto de la gente grande, ¿Cómo? ¡Acabemos con los herejes!
y para colmo tocando Querida de Juan Gabriel, ¡arriba el Tri, Banda Bostik!, esos
si son ‘rocnaroleros’ vaya cosas que uno piensa y dice cuando uno es joven e inmaduro.
Pero cuando me enteré que David Byrne, ex integrante de los Talking Heads
experimentó con los ritmos tropicales entonces mi critica virulenta se calmó, y
se volvió a encender cuando Rubén Blades hizo un cóver de ‘Los Bitols’, pero me
apacigüe cuando escuché a Ringo Star cantando con mariachi Las Brisas, entonces
como dice aquella La ley que causó una de las mayores revoluciones de la
química propuesta por Antoine-Laurent Lavoisier: “La materia no se crea ni se
destruye solo se transforma".
En fin ese periodo ortodoxo
tuvo que pasar, ya con los oídos abiertos, pero sobre todo la mente, empecé a
disfrutar de todos los géneros habidos y por haber, Salsa, Banda, Cumbia,
Norteñas, Corridos, Mariachi, Guaracha, Merengue, Pop, Rock, Heavy Metal, Surf,
Punk, etcétera, etcétera y etcétera.
Aún recuerdo la jeta de un
valedor cuando insistió que le prestara mis audífonos para saber qué era lo que
escuchaba, cuando se los colocó me preguntó ¿Qué es esto? Por si volvieras, de José
Luis Rodríguez “El Puma”, pero la neta la balada, aunque cursi y rastrera, está
chingona ¡en fin!
Hace unos días en un canal de
la televisión de paga, el cual no recuerdo, transmitía un programa en donde
músicos, antropólogos musicales, locutores disertaban sobre la influencia de
África en la música mexicana el reportaje iba desde la Península de Yucatán,
pasando, por supuesto, por Veracruz, Chiapas y la Costa Chica de Oaxaca y
Guerrero, uno de los tantos entrevistados decía atinadamente, bueno eso me
pareció, al decir que México no solo adopta los ritmos sino que los toma y los
hace suyos, les da su propio matiz, su propia vida.
Es el caso de la cumbia volvamos
al génesis y en la famosa y ya casi infaltable Wikipedia se lee: Mike Laure
combinó varios de los instrumentos propios de las orquestas afrocaribeñas y las
colombianas, para lograr, dentro de sus temas tropicales (Cumbia, Son, Bolero tropical), una
mezcla innovadora. Así, alrededor de 1962 y 1963 usa el acordeón y clarinete
de la Cumbia colombiana, el saxofón muy
común en diversos folclores del continente (e inspirado en los instrumentos de
las Big Band)
así como el güiro puertorriqueño y la conga
de la rumba, guaracha y son, aunándola a lo
rocanrolero, la guitarra eléctrica como acompañamiento y
requinto, y la batería acústica. Este último instrumento
fue parte del sello definitivo de la cumbia mexicana, pues era la primera vez
que se interpretaba cumbia creando la base del ritmo con los bombos, toms y
platillos de la batería, signo definitivo característico de los grupos
tropicales de los 1970's y más tarde de los 1990's en la Technocumbia.
El resultado fue una fusión de
gran popularidad en la música tropical, aunque no fue el introductor de la
cumbia en México ya que habían llegado al país algunas grabaciones desde
Colombia de Cumbia años antes, Luis Carlos Meyer, un músico colombiano había llevado
a México y grabado a lado de Tony Camargo y la Orquesta de Rafael de Paz ritmos
colombianos como el Porro y la cumbia netamente colombiana, así pues Mike Laure
fue el primer músico en grabar una fusión de cumbia en México con músicos
mexicanos, con la peculiaridad de que también implícitamente se haría uno de
los padres de la Cumbia mexicana (a lado del inmortal Carmen Rivero; es así
como, entre ambas personalidades, crean la cumbia mexicana por adaptación y así
llamada por los mismos músicos colombianos que poco a poco se enteraban del
fenómeno en México y otros rockeros mexicanos que le llamaron "chunchaca"
precisamente por el golpeteo de tambor de batería en cada compás del Grupo Los
Cometas de Mike Laure, además que su dotación instrumental y tendencias fueron
definitorias para los estilos futuros de grupos de décadas posteriores por
distintas variantes profundas que tenía en su música, las vertientes de cumbia
con acordeón, saxofón, clarinete y guitarra eléctrica serían remezclada o
separadas por grupos distintos en el futuro, aunque cabe destacar que la
mayoría de sus éxitos fueron cóvers colombianos pero pronto haría grabaciones
inéditas.
Aunque jalisciense de
nacimiento Miguel Laure Rubio (1939-2000) se avecindó en Mazatlán de ahí el
homenaje que le hace a ese bellísimo puerto del pacífico mexicano; hace algunos
años --en el 2010-- por razones de trabajo andaba por esos rumbos, vi las
estatuas a Cruz Lizarraga, fundador de la Banda el Recodo, Lola Beltrán, Pedro
Infante y Mike Laure, no creo haberlo imaginado, pero si no existe debieran de
erigir un efigie en honor a este músico que a pesar todo a muchos de haber
fallecido aún pone a bailar a mucha gente que gusta de los ritmos tropicales en
las fiestas de este ¡México lindo y querido!
Mi gran amigo El Compadre,
aborrece los discos homenaje, por eso cuando vio a los Ángeles Azules en el
Vive Latino, despotricó irremediablemente, crucificó a todos los hípsters que
ahora bailaban a ritmo de 17 años con Jay de la Cueva, por otro lado mi otro
gran amigo El Morita, es de lo que bailan y bien, sé que a él le vale madres si
hay disco homenaje o no, mientras haya alcohol lo demás es lo de menos esas
rolas de los de ‘Iztapalacra’, él junto con El Peluches, otro espécimen digno
de una película de los Hermanos Almada descomponían las rolas a lo cual todos,
sin excepción nos defecábamos de la risa, algún día habrá tiempo para contar
todas esas peripecias.
Mientras tanto podemos
recurrir al YouTube y buscar ya sea una rola de Mike Laure: La rajita de canela,
picardía pura, una de Rigo, Mi testamento, o bueno si no pues que les parce el Listón
de tu pelo de los Ángeles Azules el caso es al menos si no tirar polilla con una linda dama, que sea
al menos con la escoba. Ustedes decidan.
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